Buscar este blog

miércoles, 4 de octubre de 2017

TARTA DE QUESO CLASICA

De nuevo la misma situación. Esto es increíble. Una, como jefa del departamento de intendencia de este hogar, entre otros muchos roles desempeñados, visita con cierta regularidad el cajero automático. Pues de nuevo no tengo ni un euro en la cartera. Lo que tengo es veinte cupones de descuento del Día, que son siempre de las cosas que no compro; tickets arrugados diversos; quince o veinte tarjetas del seguro médico, del banco, del Ives Rocher y del FNAC, caducada por cierto; y una colección de esos papelillos indeterminados que al parecer prosperan como vegetación endémica de los monederos; pero de cash, ni una gorda. Y ya no es tanto por marigastona, sino porque en mi casa sin excepción piden más que si les hubiera hecho la boca un fraile. Empezando por mi marido, que jamás lleva dinero encima, como la reina de Inglaterra, y terminando por el Curro, que calladamente me pide pienso con ojos lastimeros a todas horas, animalito. Y si son mis hijos. Buenoooooo.... Es increíble la variada lista de pretextos que me ofrecen para generar una nueva partida presupuestaria. Véase a modo de ejemplo la frase que comienza por "Mamá, necesito dinero, porque:" y continúa con cualquiera de estos predicados:
......Me tengo que cortar el pelo (vale)
......Tengo que llevar tres cartulinas a clase para hacer unos esquemas (nunca las vi)
......Se me han roto los pantalones y no encuentro los demás (veridico).
..... Al pienso de los agapornis le han salido bichos y necesito tres kilos más (?)
..... He quedado (poderosísima razón)
..... Hoy también he quedado.
..... No tengo viajes en la tarjeta del bus (estos niños viajan más que De la Quadra Salcedo en sus tiempos mozos)
..... Le quiero hacer un regalo a mi novia (con lo cual, en todo caso la regalante soy yo; ¿no te fastidia?)
Y así hasta el infinito, y más allá. ¿Y porqué no le piden a su padre? Pues por lo que ya he adelantado: él también me pide. Y si a alguno, a pesar de todo y contra toda esperanza, se le ocurre pedirle, hay sólo dos respuestas posibles: 1) No tengo nada encima.  2) NO. (Palabra mágica donde las haya: ¿alguien sabe de algún cursillo donde enseñen su adecuado manejo? Le estaría eternamente agradecida)
Total, que al cajero otra vez; ya hemos hecho hasta amistad. Yo no sé de dónde he salido yo tan blanda; si se me hubiera ocurrido a mí andar pidiendo dinero con esa perseverancia digna de mejor causa, doña Pepa ya me hubiera largado, muy flamenca, aquello de "Tú te crees que soy el Banco de España", frase entrañable donde las haya, por cierto Y si es don Joaquín, ibas listo: era más fácil ordeñar una piedra que hacerle abrir el puño. Papi era buenísima persona, pero más agarrado que un chotis. Doña Pepa, sin embargo, tenía una curiosa debilidad: venía de la compra y me traía paquetes de Fortuna, que era lo que fumábamos las chicas finas. Si además de finas estábamos metidas en fondos, fumábamos Winston.  Tú eras de tabaco negro o de tabaco rubio: pero fumar, todo el mundo fumaba. El Ducados, un tanto lumpen, lo solían fumar los chicos, y también las chicas que eran algo menos finas. Y cuando la falta de recursos apretaba, entonces comprábamos 1-.X-2: una especie de mezcla de tabaco negro y rubio, que sabía a paja de establo usada y que provocaba unos efectos fisiológicos colaterales muy interesantes, que no entraré a detallar por mor de la decencia. Pues lo que os contaba, doña Pepa venía con sus bolsas de naranjas y de tomates y me soltaba el paquete de tabaco con cara de perro, pobrecita mía. Yo me fumaba el primero e ignoraba la segunda, con esa capullez tan característica de los hijos: en esa época feliz yo era absolutamente inmune a las caras de perro, y no me sentía culpable de nada. Me pregunto qué es lo que se ha torcido desde entonces....
Hoy voy a poner la receta de una exquisita macrotarta de queso, para mí la mejor, cuya receta me dio mi cuñada Mercedes, que la hacía mucho en la época en que tenía cada día a quince o veinte adolescentes crecederos a merendar. Lo de macrotarta es porque realmente sale muy grande y en teoría se podrían reducir los ingredientes a la mitad, pero dado lo peculiar de los tiempos de horno, que es lo que le da esa cremosidad espectacular que queda al final, no me atrevo a modificarla. Eso sí, se congela muy bien.
Ingredientes:
- 300 gramos de galletas María desmenuzadas
- 3 cucharadas de mantequilla
- 1 kilo y 200 gramos de quesos diversos: Philadelphia, Burgos, requesón.....entre ellos, un par de quesitos normales van muy bien)
- 250 gramos de azúcar (la receta original pone 400, muchísimo; pero en caso de duda es mejor ir probando la masa y añadir algo más a los 250 gramos si parece poco dulce)
- 3 cucharadas de harina
- 3 cucharaditas de ralladura de limón.
- Un poco de canela en polvo.
- 250 ml. de nata
-1/4 de cucharadita de sal.
-5 huevos y dos yemas más (yo pongo seis enteros)
-Mermelada o confitura al gusto para cubrir. Yo pongo una de cerezas o moras.
Encender el horno a 180º. Mezclar las galletas trituradas con la mantequilla y hacer una masa con la que cubriremos el fondo y subiremos un poco las paredes de un molde grande desmontable. Meter al horno y cocer diez minutos. Sacar y reservar. Poner el horno a 250º.  Batir todos los demás ingredientes. Verter esta crema sobre el molde con la base de galleta y meter al horno fuerte diez minutos. Después bajar la temperatura a 90-100º y dejar una hora más. Apagar el horno y dejar la tarta dentro 15 minutos. Sacar y dejar enfriar. Ya frío, cubrir con la confitura y servir.


Se presta mucho a que pases por la cocina, una de esas tardes que tiene uno un poco tontorronas, en que todavía hace calor pero ya notas el cambio de estación, esas tardes que tienes el cuerpo muy tonto, y abras la nevera muy calladito  y metas una cuchara en el molde. Que total, un bocado son pocas calorías. Y de repente, la vida se hace un poco más soportable. Pues mira, sí, estoy incitando al desorden alimenticio. Es un pecado realmente muy pequeñito....y de todos modos pienso que, en general, no pecamos lo suficiente.
Feliz semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.