Buscar este blog

miércoles, 1 de noviembre de 2017

DULCE DE MEMBRILLO CON NUECES

Llego de la calle con mis diversas bolsas de las diversas compras, amén de un mosqueo más que regular. Me estoy dando cuenta de un tiempo a esta parte que los dependientes de algunas tiendas (cada vez más con edad de ser mis hijos, y dentro de nada con edad de ser mis nietos), me tratan como si fuera tonta. Porque para un chaval de veinticuatro años, una mujer de cincuenta y tres está sumergida de lleno en la edad más provecta, y la tienes que proteger un poco. Hay una librería donde la chiquita que tienen de dependienta me dice siempre, con un tono muy dulce y vocalizando bien, cosas como: "Ah, ¿que va a pagar con tarjeta? ¿Es de PIN? ¿Sabe lo que es, verdad?", o: "La tarjeta se mete por ESTA RANURITA" En otras tiendas de dos plantas me han llegado a decir alguna vez: "Señora, agárrese a la barandilla. A ver si se nos escoña la vieja". Mira, guapi ¿a una compradora avezada y vocacional como yo le vas a decir COMO se paga con tarjeta? ¿Y qué es eso de que me agarre a la barandilla? ¿Tan vieja parezco? Luego me doy cuenta de que no es que yo parezca tan vieja, sino que para esa generación cualquier persona mayor de cuarenta es una Persona Mayor sin más, y te tratan en consecuencia, como si estuvieras gagá,  y santas pascuas.  Reconozco que no me faltan motivos para estar según el día más "pallá" que "pacá", pero en general conservo (de momento) unas capacidades cognitivas dentro de la media, entre otras cosas porque trabajar en la enloquecida profesión de la abogacía es como resolver cincuenta sudokus diariamente, dicho sea sin falsa modestia. Eso no significa que no pueda haber abogados tontos; pero ése es un asunto que mejor lo dejamos para otro día. Lo cierto es que estas cosas me dan que pensar. Como cuando en las noticias te hablan de un suceso protagonizado por "un joven de treinta y cinco años" Yo tengo la siguiente teoría: hasta los cuarenta años eres un adolescente y se te permite pasar la vida jugando a la Play y comiendo chucherías, y a partir de los cuarenta se te considera, sin transición, oficialmente viejo,  te abren una trampilla bajo los pies y te echan encima la dentadura postiza, las zapatillas de paño y las compresas para la incontinencia, especialmente si eres mujer. Porque, en los anuncios la vejez de las mujeres parece estar particularmente plagada de indignidades relacionadas con el control de los esfínteres y el tránsito intestinal. Dios mío. Qué pena.
Cuando doña Pepa andaba por los cincuenta años,  mantenidos como secreto de Estado, cuidaba de su primer nieto, muy pequeño por entonces, y le sacaba a la calle cuando hacía los recados, acompañada por mí, si era sábado, a modo de mamporrera auxiliar. Podía tener yo doce años. Allá que iba ella, muy tiesa, con su carrito del bebé y sus taconazos asesinos, parándose con vecinas y conocidas. Alguna vez, en la panadería o en la frutería, coincidía con alguien menos conocido que, en su afán de ser simpático, decía algo como:
-Señora, qué niño más bonito el suyo, que lo críe con salud.
Y doña Pepa se ponía más ancha que larga y contestaba con absoluta desfachatez algo como:
-Muchas gracias, y usted que lo vea.  Ya ve usted, son la alegría de una casa, pero dan trabajo, menos mal que tengo a ésta mayor (por servidora), que es un poco lacia pero me ayuda una barbaridad, angelito. ¡Ay, qué buena es mi niña!
Yo me escandalizaba de tamaña falsedad e intentaba protestar:
-¡¡¡MAMA!!! ¡Que el niño no es tu....!
-Nena, anda-y- calla y coge las patatas. Adiós, adiós.
-¡¡¡Mamá!!! ¿Porqué dejas que crean que es TUYO? ¡Eres su ABUELA!.
-Digo, y a ésa qué le importa si es mío o no. Como que voy a ser yo la primera que tiene un niño más tarde. Mira que cuando tú naciste, me preguntaban las vecinas que si habías sido un "escudio".... (Nota de la narradora: término del barrio de la Trinidad para "descuido" Algún día voy a sacar el diccionario del trinitario-castellano...)
-Pero es que es "mentira", mamá. Y cuando yo nací, tenías tú treinta y ocho años, no cincuenta.
-Leches con la memoria de la niña ¿Me los llevas contados o qué?  ¿Y de donde has sacado tú que tengo CINCUENTA?  Cuarenta y  tres como mucho. (??????) Y lo otro, si es mentira, ya ves tú la mentira ¿Y qué? Calla ya y no tengas tantas leyes, que eso no le importa a nadie.¡Lechuga!
Creo que en ese momento fue cuando aprendí que hay cosas que es mejor no discutir; lo único que conseguía es tener a mami revirada todo el día, lo cual no era nada inteligente si  era yo quien estaba a tiro. Así que conseguí callarme la boca sobre tan espinoso tema cuando la oía declarar a sus amistades mentiras como puños sobre el particular....
Muy adecuadamente, hoy pongo una receta muy tradicional, muy viejuna y muy rica. la carne de membrillo de toda la vida, con nueces en este caso. Necesitamos.
-Dos o tres membrillos, cortados y sin pepitas.
-El peso de los membrillos en azúcar.
-Un limón pelado y sin pepitas.
-Nueces peladas al gusto.
En Thermomix, se ponen los membrillos troceados, el azúcar y el limón, se pone 15 segundos a velocidad máxima y luego 30 minutos, 100º, vel.5-6. Se extiende en una bandeja con poco fondo y se acabó.
Del modo tradicional: Hay que sudar. Se tienen que trocear los membrillos igualmente y  poner a cocer hasta que estén blandos. Se escurren, y se baten con el limón y el azúcar. Esta pasta se pone en una cacerola y ahora todo es cuestión de poner al fuego medio, y remover, remover y remover hasta que la pasta se ponga dorada y espesa. No os queda ná. Es importante vigilar que el fuego no sea muy fuerte, porque esta pasta cuando hierve, actúa como la lava volcánica: escupe y las salpicaduras queman lo suyo. Un buen guante de cocina viene perfecto.
Del mismo modo, se pone en una bandeja de poco fondo. Tarda un tiempo en ponerse más consistente, dura meses si la tapas sólo con un papel de cocina: si la cubres con algo que no esté al aire, le sale moho.

Pues mira, esta noche le voy a dar un tiento. Tengo que consolarme en mi decrepitud ¿O no? Mecachis con esta juventud. Será posible...
Feliz semana a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.